Conquistando espacios para el aprendizaje a lo largo de la vida.

Un título es, en muchos casos, una declaración de intenciones. Al menos, en el caso del de este Primer Congreso Estatal de Educación de Personas Adultas así es. Cada una de las palabras que lo forman son como estandartes que, a un tiempo, nos define en lo que somos, pero también en lo que aspiramos a hacer y a ser.

El verbo “conquistar” posee una resonancia épica y un cierto aire bélico que no casan muy bien con el propósito de este congreso. Sin embargo, encarna perfectamente una idea-fuerza muy importante para nosotros/as: los derechos no se alcanzan nunca de una manera natural bajo el paraguas de una legitimidad ética, sino que se pelean y, en la mayor parte de los casos, son el resultado del sufrimiento de muchas personas. Hoy también sabemos que esos mismos derechos se encuentran permanentemente amenazados y que nos toca defenderlos a diario. Entre esos derechos, el referido al aprendizaje a lo largo de la vida se encuentra especialmente en peligro porque toca dos de los pilares básicos del sistema neoliberal imperante en nuestros días: cuestiona el principio de la rentabilidad (lógicamente, económica) y apela a la formación de una ciudadanía crítica (por tanto, difícilmente manipulable).

Hablamos de “espacios” en plural porque entendemos que cualquier contexto (formal, informal y no formal) nos educa y modela. Todo es escuela, y en la Educación de Personas Adultas lo sabemos mejor que nadie. Con la pandemia, además, hemos empezado a ganar también los espacios virtuales –bien es cierto que algunos ya lo comenzaron a hacer hace mucho más tiempo–. Pero queremos además ganar espacio en la agenda pública, en la atención que las Administraciones educativas nos dedican, en los recursos que nos merecemos, en el valor que la ciudadanía nos concede…

Frente a la maraña terminológica (educación permanente, educación de personas adultas, formación de personas adultas…), la expresión “aprendizaje a lo largo de la vida” creemos que es la más inclusiva (de hecho, puede contener a las anteriores) y describe, en nuestra opinión, la esencia de la educación: un proceso de adquisición del conocimiento (para saber, para hacer, para convivir y para ser) y que no se reduce a una etapa de nuestra vida.

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